viernes, 20 de mayo de 2011

En lo alto de la montaña


En lo alto de la ciudad, más concretamente en el Cerro del Castillo hay un obra arquitectónica del siglo IX que Diego Porcelos, fundador de Burgos, mandó construir. Desde entonces ha sufrido varias reconstrucciones y su estructura ha variado considerablemente.
Ha habido bastantes reformas durante este último siglo, pero en la última realizada por el Ayuntamiento de Burgos se ha puesto empeño en rehabilitar la zona del Castillo y su pozo y cuevas interiores, de hecho se ha dejado bastante dinero en esas obras, hasta el momento con dudas sobre su buen o mal aprovechamiento.
Por lo pronto podemos disfrutar de un gran parque, un mirador acompañado de unas praderas con sus correspondientes bares y ya en el interior del Castillo se le ofrece al visitante la posibilidad de disfrutarlo viendo sus maquetas y recreaciones y en su subsuelo las galerías y pozo. Los pasadizos tuvieron unas costosas obras de rehabilitación por parte de los bomberos, los cuales hicieron una gran labor de desescombro junto con un grupo de arqueólogos.
Pero cabe preguntarse, ¿todos estos gastos y obras han sido verdaderamente aprovechados por los burgaleses?, y ya no solo por los burgaleses, ¿y por los turistas? Bien es cierto que el Castillo no es tan conocido como la Catedral de Burgos, además a los turistas cuando vienen  no les pilla muy a mano de su visita.
La verdad es que cuando se pasea por allí arriba no se suele ver tanto turista como puedes encontrarte abajo. Y no será por su atractivo, porque desde allí arriba hay unas vistas de la ciudad espectaculares, por no hablar del interior del Castillo y la visita a sus cuevas. Su precio no es muy elevado y en un recorrido de una hora puedes ver auténticas maravillas, el problema está en subir hasta allí. Desde el Ayuntamiento se ha impulsado el poner escaleras mecánicas  para hacer más accesible  un tramo de subida y facilitar el acceso a los visitantes, pero, ¿está siendo suficiente?
Desde la corporación municipal podrían poner más medios para atraer a los visitantes, aunque viendo que tampoco promocionan otras cosas, igual no les interesa demasiado que el peregrinaje llegue hasta la falda de la montaña.
Si hiciésemos una encuesta en la plaza de la Catedral a todos los turistas que allí nos encontramos, pocos serian los que tendrían conocimiento de que Burgos posee un Castillo. Y es que incluso no son pocos los burgaleses que declaran conocer el Castillo, pero que no lo han visitado desde que se llevaron a cabo su reformas y en el año 2003 se abrieran sus puertas. El Ayuntamiento muestra interés en su promoción, y es que una vez al año hace una jornada de puertas abiertas para que los lugareños y los no lugareños disfruten desde lo alto de la montaña de otro de los encantos que nos ofrece la ciudad del Cid.
Esperemos que tanta R-evolución y tanta ciudad Europea no hagan olvidar los atractivos que Burgos tiene desde siglos atrás y que en la evolución que llevamos seamos capaces de contemplar una de las maravillas burgalesas que poseemos.

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